La historia de “Toto” y “Monito”, los pibes que juegan en Reserva y entrenan con la Primera del Cartero

26.08.2020

Los volantes de la Tercera, Tomás Friesel y Juan Manuel García Pereyra conversaron de manera virtual con Pregoneros en tiempos de la pandemia mundial de Covid-19. Dos chicos que desde inicios de año fueron convocados para compartir los entrenamientos de la Primera. Con el entusiasmo, las ganas y la seriedad que se les reconoce, "Toto" y "Monito" tuvieron la gran experiencia de formar parte de las prácticas físicas y futboleras del equipo dirigido por Marcelo Franchini. Para "Toto" Friesel, "la sensación de jugar al fútbol es única, cuando entrás a la cancha te olvidás de todo". Del lado de "Monito" García Pereyra, "a mí me hace muy feliz estar dentro de la cancha". Sienten, sueñan y disfrutan el fútbol, forman parte de la nueva generación de juveniles que visten la casaca aurinegra en la Reserva y entrenan en cuarentena. Ellos también sueñan con la B Nacional. 

Cuando un juvenil que integra el plantel de la Reserva de un club de la B recibe la convocatoria para participar de los entrenamientos físicos y futbolísticos con el equipo de la Primera división, su vida entra en una vorágine propia de la adolescencia. Esos sueños e ilusiones cimentados en las divisiones inferiores del Cartero de la Agronomía se hicieron realidad con la velocidad que viven estos chicos cuya meta es llegar a la máxima categoría. Esa es la historia de dos pibes, Tomás Friesel y Juan Manuel García Pereyra, mediocampistas que juegan en la Tercera división cartera que dirige una de las glorias de la institución, Sergio "Colorado" Leroy.

"Toto" y "Monito" son los juveniles que se iniciaron en el baby de sus clubes de barrio a la misma edad en que iban al jardín de infantes, ellos ya pateaban la redonda en una canchita vistiendo la casaca de su primer club mientras sus compañeritos de sala correteaban por el patio con una de papel o jugaban por ahí en el edificio escolar. Estos chicos recibieron la comunicación para sumarse a las prácticas del plantel profesional de Comunicaciones en el calor del verano, y sus vidas cambiaron notablemente, como lo expresó Friesel, "estaba bastante nervioso porque había sido todo muy de golpe, me había ido a la costa con amigos y a la hora que llego me manda el mensaje el "Colorado" que el lunes tenía que arrancar con la Primera". De inmediato, agregó que "lo primero que hice fue avisar a mi familia y también el pasaje, me volví para arrancar el lunes, estaba un poco nervioso pero muy contento, porque era un sueño para mí lo que estaba sucediendo".

Concientes de lo alcanzado, y al mismo tiempo, sabedores que sólo fue un mojón en su carrera futbolística, García Pereyra definió esa experiencia con la madurez propia de quien tiene los pies sobre la tierra, "uno siempre quiere más, sé que todavía no conseguí nada y tengo que trabajar al máximo". Reconoció que "hoy en día estoy feliz, pero sé que tengo que seguir trabajando al máximo para seguir por el mismo camino". "Monito" comentó el recibimiento dado por los jugadores, "a mí y a Toto nos recibieron bastante bien, me sentí cómodo dentro del vestuario, hay muy buena gente". Su compañero, "Toto" coincidió en el reconocimiento que le dieron los experimentados jugadores que en la cancha pelean por un lugar en el ascenso a la B Nacional, "el trato siempre fue de respeto y buena onda con todos".

Los inicios de la historia

Tomás Friesel, como todo pibe de barrio que patea una redonda de plástico de goma o de cuero en la vereda de su calle o en el amplio predio público de la Facultad de Agronomía de la UBA, respira y siente el fútbol de una manera diferente, "me gusta el fútbol, estoy mirando fútbol todo el día y lo disfruto al máximo". Recuerda sus comienzos, y como no podía ser de otra manera, están emparentados con Comu porque a la edad de 8 años sus padres lo llevaron a jugar a la pelota al baby del Club Solanas, ubicado frente al Cartero. Y, a la edad de 10 años, ingresa a Comunicaciones para jugar en una cancha de 11 alternando la de cemento o césped sintético de reducidas dimensiones con la inmensidad de los campos de pasto natural.

Le viene a la memoria San Lorenzo, en el año 2015, "me fui con un convenio de Comu con San Lorenzo". Nacido un 28 de marzo de 2002, "Toto" mira hacia atrás en su trayectoria juvenil y recuerda que, a la edad de 12 años, le tocó jugar en San Lorenzo, uno de los grandes del fútbol argentino, "jugué un año y medio en San Lorenzo, y me volví a Comunicaciones porque tuve problemas de horario". La vuelta a Comunicaciones, dos años después, la vive y entiende como un cambio positivo en su camino, "vine a Comu a préstamo y así estuve un tiempo, creo que un año y pico, hasta que me dieron el pase definitivo".

Juan Manuel García Pereyra habla de sus inicios, "arranqué a los 8 años en cancha de 11 jugando en All Boys, jugaba en AFA y en Liga hasta los 13 años". Con tristeza recordó un difícil momento que debió sortear en su camino, "me dejaron libre en Prenovena, de ahí me fui y fue un momento duro para mí, no quería saber nada con el fútbol. Estaba enojado y triste". Aparece la familia como el gran apoyo en su carrera, "con la ayuda de mi viejo, mi vieja y mis hermanas -de toda mi familia- decidí seguir, arranqué en Novena en Camioneros hasta fines de Octava, y principios de Séptima que vine a Comunicaciones".

Nacido un 18 de enero de 2001, "Monito" mira hacia atrás y rememora el sendero futbolero transitado hasta ahora, "con All Boys llegué a jugar una final de infantiles en AFA contra ferro -que perdimos- y en Camioneros también salí campeón en AFA C y D, en Octava". Dice, "miró para atrás y me pongo muy contento, orgulloso del camino que hice. En baby jugué en José Hernández el FAFI y en All Boys también en FAFI, allí me despedí del baby, creo que en baby los recuerdos los tengo ahí". Acotó que "en Séptima quedé en Comunicaciones, me acuerdo el primer partido, un amistoso contra unos colombianos en el Alfredo Ramos, mi primer partido en el estadio, la felicidad que tenía".

La llegada a la Reserva

García Pereyra evoca el momento en que llegó a la Tercera, la categoría del club que antecede a la Primera, "la primera vez que tocó Reserva en cuanto a entrenar y eso fue en Sexta división que tenía buenos partidos, estaba jugando bien y estábamos ganando partidos. Hacía goles, he participado mucho con asistencias en el equipo y nos iba bien". Acotó que "a mitad de año de Sexta, en 2018, empecé a tener contacto con Reserva, entrenaba y después bajaba a la categoría, no jugaba. El primer partido que jugó en Reserva fue un amistoso contra Arsenal, allá en Sarandí, fue una experiencia muy linda". "Monito" se agarra la cabeza cuando rememora esa tarde, "jugué un tiempo, un poco más de 50 minutos -eran dos tiempos de 30 minutos-, a mí me daba mucha esperanza, mucha alegría poder conseguir eso si bien yo quería debutar". Expresó el volante que "hacer eso me ponía contento, me daba más ganas de seguir, me motivaba más".

Tomás Friesel jugaba en la Séptima división en 2018, le contó al cronista cómo fue su vinculación con la Tercera, "a compañeros míos de la categoría y chicos de otra categoría fuimos a entrenar algunas semanas con la Reserva". Agregó que "el año pasado, Flavio Domínguez -que era mi técnico de la Sexta- y el "Colo" (Leroy) me habían citado para jugar algunos amistosos de pretemporada, desde ahí entrenaba a veces con mi categoría, a veces con Reserva, y cuando arrancó el torneo, el "Colo" me empezó a llevar al banco". A "Toto" le vienen a la memoria imágenes de esos días, "estaba nervioso, un poco ansioso también, porque era algo nuevo para mí, pero era un sueño estar entrenando con la Reserva, era algo especial para mí". Paradojas del destino de ese pibito que jugaba a la pelota en la puerta del club y que acompañaba a su padre a la cancha para ver al Cartero, en la tribuna del Alfredo Ramos. Jamás se hubiera imaginado ese niño que de espectador saltaría al otro lado del alambrado "entrenando y jugando en la cancha de Primera" como le dijera al periodista.

El "Monito" García Pereyra compartió con Pregoneros cómo se dio el debut en la Reserva, "el partido del debut en la Tercera, estaba en Quinta -si mal no recuerdo fue un 29 de abril del año pasado- que debuté frente a Almirante Brown, allá en Isidro Casanova, perdimos 1 a 0". En la conversación con el cronista, el mediocampista se animó a relatar esa sensación única en la trayectoria de un futbolista, la del debut, le costó un poco al principio, pero fue generoso al abrir su corazón de par en par, "me fui con un sabor amargo, tuve la chance de debutar, fue algo muy lindo -estaban mis viejos y mi mejor amigo-, fue un momento muy especial". Emocionado hasta las lágrimas, manifestó "lástima que no pudimos llevarnos la victoria en la cancha de ellos, siempre es muy difícil y dura". "Monito" con la destreza que caracteriza su juego, hizo una pintura de ese momento, "contento y motivado, estaba con muchas ganas de ir, era un avance para poder llegar a lo que es el sueño de poder jugar en Primera y estoy apuntando a eso".

Estos pibes son distintos, aunque en la vida cotidiana, en la calle, se muestren como cualquier otra persona, dentro del campo de juego sufren una transformación. La pasión y la locura por la redonda los lleva a vivir con toda intensidad cada momento de juego, cada entrenamiento, el vestuario. García Pereyra encuentra las palabras justas para ilustrar ese momento mágico que quedó grabado en su persona, "el momento en que llegué a la Reserva ya estaba muy ansioso, me acuerdo fue algo que no pensé que iba a llegar de esa manera porque habían cambiado los técnicos de Reserva -había vuelto el "Colorado" a la Reserva y no sabía si me iba a tener en cuenta-. Seguí metiéndole, cuando llegó no sabía que iba a jugar y cuando me tocó, decidí tratar de dar lo mejor y ayudar al equipo".

Nadie podía parar al volante en la entrevista, como les pasa a los rivales que no saben cómo marcarlo cada vez que se anima en la ofensiva, "la verdad es que lo viví con muchas ganas, me sentía preparado y estaba con muchas ganas". Agregó, "aparte en el grupo había en ese momento jugadores del 98 y 99 -que hoy ya no están en el club- eran jugadores muy buenos y muy buenas personas. A mí me integraron muy bien al grupo, te reconforta mucho, te sentís más cómodo dentro de la cancha, me parece destacable lo que hizo ese grupo". "Monito" es así en la cancha, es así en la vida, sincero, humilde y agradecido.

El "Toto" es otro de los pibes que tiene algo especial, como su compañero "Monito", también se muestra humilde y agradecido por lo vivido esa tarde que marcó el debut, la conclusión de un sueño que la familia acompañó desde la tribuna. "El debut en la Reserva fue en la 3° fecha con Colegiales, en el segundo tiempo me llamó el "Colo" para entrar. La verdad que estaba bastante tranquilo porque quería hacer las cosas bien, y a la vez tenía muchas ganas de entrar". El cronista fue testigo de ese momento único e irrepetible en la vida de un deportista de la redonda como es la presentación oficial en el terreno de juego. Recuerda de esa tarde los abrazos con sus compañeros, las fotos con cada uno de ellos, la sonrisa y el pulgar levantado en señal de agradecimiento por el registro fotográfico. Y, por supuesto, un breve diálogo con el juvenil que Tomás Friesel rememora como si fuera ayer, "la primera vez que me preguntaste se me cruzaron muchas cosas por la cabeza, más que nada a nivel emocional, los recuerdos en el club".

"Toto" Friesel se refirió al día anterior al partido, "el día previo lo viví bastante tranquilo porque las primeras fechas estuve yendo al banco, pero igual estaba con los nervios del día anterior al partido y, además, me acuerdo que el "Colo" me había hablado en la semana. No me dijo que iba a entrar, pero pensé que podía tener la posibilidad". Admitió sin mayores vueltas, "también con la presión de cuando estaba por entrar, de tratar de hacerlo lo mejor posible y no desaprovechar la oportunidad". Una sonrisa y pasó a la siguiente pregunta.

Una mirada hacia atrás

Juan Manuel García Pereyra habló de su familia, la que ha tenido gran importancia a lo largo de carrera. Él se muestra agradecido por el acompañamiento, al tiempo que es conciente de esfuerzos y sacrificios a lo largo de los años para que sus sueños e ilusiones se concretaran, "la familia siempre me bancó, siempre fue un lugar donde uno podía celebrar las buenas, donde podías esconderte en las malas, contar lo que pasaba siempre con total sinceridad". Manifestó que "tengo que agradecer y valorar muchísimo a mis hermanas que había días que no tenían ganas de ir a verme y venían a bancarme igual, la verdad es que es muy destacable, es muy valorable lo que hacían ellas por mí y soy muy agradecido con ellas".

"Monito" García Pereyra tuvo algunas palabras para su padre, "mi viejo es el que me acompaña siempre a todos lados -de chico mucho más-, no sabía lo que era ir en otro auto, siempre me llevaba mi viejo, iba a todos los entrenamientos, a todos los partidos". Aclaró sobre su madre, "mi vieja también me seguía mucho, había veces que se quedaba en casa con mis hermanas -tal vez se quedaba con las ganas de verme-, siempre me acompañaron muchísimo". Comentó que "después, ya de grande a los entrenamientos iba solo, más que nada en Comunicaciones, en Camioneros me costaba un poco más porque es bastante lejos y en los partidos siempre, no me faltaron nunca". Por si quedaba alguna duda del esfuerzo familiar, el volante comentó que "la verdad es que se rompían el lomo, por ahí se tomaba un día en el trabajo y me venía a ver, es un loco lindo mi viejo, dejaba todo para ir a verme, muy destacable, y mi vieja también. Ahora, en Reserva venían siempre, eso me ponía contento".

Tomás Friesel se refirió al lugar destacado de la familia en su caminata por las inferiores del Cartero, "mi familia desde el comienzo que me acompaña, me acuerdo del primer entrenamiento ahí en Solanas -el club de baby-, mi papá y mi mamá nos acompañaron a mi hermano y a mí". "Toto" se muestra agradecido por la presencia familiar, "siempre están ahí, ayudándonos desde donde pueden, hasta el día de hoy que tratan de no perderse ninguno de los partidos". El medio deja una aclaración que sintetiza el esfuerzo y la dedicación de sus padres, "por ahí mi vieja está con mi hermanita de 3 años y no puede ir tanto al club, así que mi papá no se pierde ninguno de los partidos". Dio una idea acerca de cómo el padre, hincha de Comu, siente el camino de su hijo por el fútbol cartero, "él lo vive de una forma muy especial". Además, reconoce el empuje que le dieron para progresar en su actividad, "también me ayudaron con el tema del gimnasio que empecé a ir a la tarde y la nutricionista, estoy muy agradecido con ellos". Tampoco deja lugar a dudas acerca del objetivo de sus padres, "siempre me dicen que la prioridad es el estudio".

Los mediocentros Friesel y García Pereyra, que piden un lugar en la máxima categoría del fútbol aurinegro, se refirieron a aquellas personas que en el mundo del fútbol dejaron una huella, una marca indeleble que moldeó el camino de estos pibes hasta su llegada a los entrenamientos con la Primera, con el cuerpo técnico y los jugadores que peleaban por el ascenso a la B Nacional hasta la suspensión de las actividades deportivas. "Monito" García Pereyra dijo que "es difícil dar nombres, tampoco quiero ser injusto, no me quiero olvidar de ninguno, pero creo que mi viejo me ayudó mucho dejó muchas huellas ayuda siempre". Notable comentario del volante, quien ubicó al padre en el mismo lugar que entrenadores y preparadores físicos, sin lugar a duda le transmitió enseñanzas que calaron hondo.

"Tuve muchos técnicos, pero a mí uno que me gustó, que me enseñó mucho fue Javi Bundio -fallecido-, con él fui campeón en Octava en Camioneros, y Santi Fleitas que me dirigió aquí en Sexta. Siempre recalco que con él entendí mucho, a cuidarme un poco más, también aprendí mucho lo que es táctica". Señaló que "soy de los que piensan que todos los técnicos te dejan una huella, siempre hay que aprender de cada uno de ellos, de sus cosas siempre viene bien, hay que ver lo bueno y lo malo, y tratar de sacarle el jugo porque es importante". Además, dejó otros nombres que contribuyeron a su formación, "ellos dos fueron muy importantes, también el "Cholo" Jara cuando jugaba en infantiles en All Boys, Osvaldo Cal fue un entrenador de baby", la verdad es que me ayudaron mucho, me enseñaron muchas cosas; también, tuve un entrenador en José Hernández, tenía 8 o 9 años, se llamaba Ezequiel, fue el primer técnico que tuve, me bancó y me dio mucha comodidad, lo quería mucho a él".

El reconocimiento a quienes fueron parte en el crecimiento futbolístico de los jugadores en la voz de estos chicos de las juveniles de Comunicaciones, expresa el nivel humano y la humildad de "Monito" y de "Toto", los exhibe como auténticos fenómenos y los muestra generosos, agradecidos a la vida. Precisamente, "Monito" no ahorra elogios hacia uno de los preparadores físicos que más lo ayudó, "me hizo entender muchas cosas del entrenamiento invisible, de cuidarse, de romperse el alma en los entrenamientos, que no te dé lo mismo entrenar o no, fue Lucas Baeza, que lo tuve en Séptima división, la verdad es que con él aprendí un montón".

"Toto" Friesel se animó a contar a la prensa quienes le dejaron una enseñanza, "de todos aprendí algo, la verdad que desde el primer técnico hasta ahora pude sacar muchas cosas positivas, me ayudaron un montón, me acuerdo de todos". Y hace el repaso, "mi primer técnico de fútbol en Solanas, el "Checho", de mis técnicos de baby recuerdo a Claudio y el "Turco" Arvilly -el "Turco" me llevó a probar a San Lorenzo-, mi técnico de San Lorenzo, Alejandro Russo, que me enseñó mucho, y Maxi, el preparador físico que hasta el día de hoy tengo contacto con él, el verano pasado estuve haciendo la pretemporada con él y me ayudó mucho". También citó a "Diego Grasciano, que lo tuve muchos años en juveniles e infantiles, me cambió la forma de pensar y la actitud para jugar; Flavio, que fue mi técnico el año pasado en Sexta, me enseñó aspectos individuales y tácticamente sobre mi posición, aprendí mucho".

Presente y futuro, pasión por la redonda

En el fútbol como en la vida nada es seguro, la titularidad jamás está asegurada en un equipo de fútbol, particularmente cuando la institución de Agronomía cuenta con una cantera que sirve de espacio de formación de camadas de jugadores, año tras año. Los pibes creen en sus condiciones futbolísticas, pero también entienden que para continuar la carrera hacia el máximo objetivo no pueden relajarse ni un segundo, no pueden conformarse, siempre tienen que pensar en nuevos desafíos. Ellos saben que hay momentos en que la titularidad se torna más accesible, y en otros momentos la pelea se da desde el banco de los relevos. Se muestran preparados mental y físicamente, se los ve maduros, críticos, reflexivos, tal vez, porque creen en sus propias condiciones y salen a dar la batalla.

Friesel tomó la posta, "como vos decís en la pregunta nadie tiene asegurado nada en el fútbol, en lo personal desde chiquito trato de dejar todo en el entrenamiento y no guardarme nada en cada entrenamiento, en cada partido". Remarcó que "la oportunidad que tenga trato de aprovecharla al máximo porque uno siempre está luchando por un puesto". García Pereyra aceptó el reto, "en mi opinión siempre tengo en la cabeza en los entrenamientos romperme el alma tratar de hacer todo de la mejor manera posible y aprender, y tratar de pelear el puesto". Señaló que "es una cuestión de compañerismo, de ser respetuoso, pero pelear por la titularidad con el compañero, ganársela; creo que es de esa forma que uno se tiene que ganar la titularidad, en el fútbol nadie se casa con nadie y que para ser titular tenés que estar al ciento por ciento en todo, no sólo en lo físico no sólo en lo técnico, en todo".

Los juveniles entrevistados por Pregoneros charlaron acerca del significado del fútbol, de la loca pasión por la pelota, la redonda que corre por el verde césped del estadio Alfredo Ramos y en todas las canchas del fútbol. Friesel y García Pereyra contaron lo que significa para un futbolista vestirse la casaca aurinegra. "Toto" afirmó que "para mí jugar con la camiseta de Comunicaciones en el Alfredo Ramos es algo que me pone muy feliz, voy al club desde que soy chiquito, nací y me crié en Agronomía, mi papá y mi hermano son sólo hinchas de Comu". Acotó, "pasé muchas cosas lindas en el club y por ahí otras no tantas -como te había dicho- cuando fue que el club estuvo cerrado e iba a las marchas con mi familia. Mis amigos de la vida son casi todos del club así que para mí es un sueño poder estar ahí". Cerró su intervención el famoso "Toto" de la Tercera, ese mismo chico que el técnico Leroy le da instrucciones sobre la raya gritando "Toooooto" y que resuena por el eco y la magia que sobrevuela al estadio, "entrenar con la Primera, que con mi hermano y mis amigos cuando éramos más chicos les pedíamos que nos firmaran la camiseta".

Para el pibe "Monito" jugar en el Cartero es algo muy especial, "pisar el estadio con la Reserva o en el amistoso que tuve fue algo muy lindo, que uno no deja pasar, no pasa todos los días si bien con Reserva ahora estamos jugando más". Agregó que "la verdad es que uno disfruta y agradece porque hay que agradecer por el buen mantenimiento que tiene la cancha. El día que toque en Primera -ojalá sea así-, la verdad es que sería un sueño, es una cancha para mí de las mejores que hay en la B Metro". Al cronista le confió que "sería algo muy lindo debutar de local en la cancha que conozco, es una especie de casa, es una especie de patio de la casa para uno. Hace bastante que estoy en el club y ya he jugado en este estadio, sería algo sublime, muy lindo que suceda".

Un cronista que sigue al equipo del técnico Sergio Leroy piensa que estos chicos, entrevistados para el sitio periodístico Pregoneros tienen un enorme futuro en el club, se muestran afables en la conversación, saben dónde están parados en lo futbolístico y humanamente se exponen con la humildad, la sencillez y la sabiduría de esa magia que tienen en sus pies y en sus físicos. Sueñan con su futuro, disfrutan con su presente. "Son muchas las expectativas, obviamente el sueño de jugar en Primera división, uno a veces lo siente de cerca como me está pasando a mí, creo que es un momento para no relajarse. Debutar me haría la verdad muy feliz. Sería cumplir un sueño que es algo que anhelo de muy chico", expresó "Monito" García Pereyra. "Lo que espero personalmente es seguir teniendo la posibilidad de entrenar con la Primera e ir aprendiendo, mejorar día a día. Mi sueño más grande es tener la posibilidad de debutar en la Primera de Comu", afirmó "Toto" Friesel.

Se despiden de la conversación imaginaria con un abrazo a la distancia. "Toto" y "Monito" disfrutan del momento que transitan, se entrenan con la Primera división del Cartero mientras juegan en la Tercera. Ellos caminan por las inferiores del fútbol de Comunicaciones con la tranquilidad y la ansiedad propias de la edad, tienen todas las posibilidades y las puertas abiertas en un club que lucha por el ascenso a la B Nacional y trabaja con ahínco en la formación de nuevos valores desde la cantera de la institución. Friesel y García Pereyra caminan a paso firme por el Cartero, con una mirada de reojo en la categoría mayor mientras se consolidan futbolísticamente en la Reserva. Tomás Gabriel y Juan Manuel, juveniles de la mitad de la cancha, son los nuevos cracks surgidos de la cantera aurinegra.

Claudio Morales*

*Periodista. Corresponsal, Colaborador y Productor Periodístico de medios de comunicación argentinos y del exterior. Director fundador del Grupo Pasteur, primer colectivo multimedia cultural-educativo juvenil de la Argentina.