“Se lo extraña todos los días, mi viejo fue mi mejor amigo, lejos no tiene competencia”
El zaguero de Comunicaciones, Sebastián Corda, dialogó con Pregoneros en tiempos de la pandemia mundial de Covid-19. De manera virtual, el "Negro" habló de sus comienzos en el baby de un club de barrio, en San Martín, la misma barriada que hoy lo tiene como una de sus figuras. Cada semana con un grupo de amigos organiza una olla popular en el club Ciclón Fortín, 200 personas retiran una vianda en el duro contexto social que se vive. De la mano de su padre pudo jugar en infantiles de Chacarita hasta que en Novena quedó libre, en uno de los momentos más difíciles de su carrera. Este profesional del fútbol, que juega en la Primera división del Cartero, hizo casi todo su camino en las juveniles de Agronomía. Un apasionante reportaje desde su llegada a la Reserva y el debut en la Primera de la mano de Eduardo Pizzo. La muerte de su padre y el partido de su vida ante Estudiantes, en el frustrado camino al Ascenso, la seguidilla de técnicos hasta la actualidad en el equipo dirigido por Marcelo Franchini, que sueña por un lugar en la B Nacional. Comu está en lo más alto de la tabla acumulada junto a Almirante Brown.
Cuando un profesional de la redonda afirma que "el fútbol es difícil de explicar para el que no lo entiende", seguramente para ese futbolista este deporte sea mucho más que eso, "a veces es muy difícil explicar con palabras todo lo que genera esto". Sebastián Corda, defensor de la Primera del club Comunicaciones es uno de los deportistas que a la edad de 25 años muestra la madurez y el compromiso propios de un futbolista comprometido con su profesión.
Pregoneros dialogó con el zaguero, oriundo de la localidad bonaerense de San Martín, que en tiempos de pandemia mundial del Covid-19 realiza sus entrenamientos de manera virtual como expresara al cronista, "el profesor nos envía cosas para hacer todos los días y hacemos lo que nos manda el profesor, si podemos hacer algo más y tenemos espacio -al menos yo lo hago- trato de hacerlo. Por suerte, tengo un lugar donde hay un espacio importante donde puedo correr y puedo hacer cosas con la pelota". Corda también manifestaba que "a mí se me hace más fácil no estar encerrado al menos, no como compañeros que viven en departamentos y se les hace más difícil el tema del entrenamiento".
El lateral izquierdo del Cartero mira hacia atrás y no puede dejar de emocionarse cuando recuerda sus inicios a la edad de 3 años, "mi historia comienza en el club Deportivo y Social Sarmiento, en San Martín, a los 3 años me llevó mi viejo". Aclaró que "mi viejo y mi vieja me llevaron ahí porque iban mis compañeros de escuela, jugué hasta los 7 años y como el técnico estaba metido en las inferiores de Chacarita, fui a las infantiles de Chacarita". Nada más ni nada menos que el club en que el papá de Sebastián Corda era uno de esos hinchas de tablón que seguían al Funebrero a donde jugara, y desde pequeño llevaba a ese pibito a la cancha, quien ya hacía de las suyas en el baby, esa criatura que le hacía saber a los rivales que no se acercarían al arco con tanta facilidad.
"La verdad es que empecé a jugar en cancha de once en Chacarita y al mismo tiempo jugaba en el club Sarmiento", rememoraba Corda acerca de sus inicios en el fútbol de 11 jugadores por equipo en un terreno de verde césped. "Por diversos problemas el club Sarmiento se diluye y me fui a jugar a clásico rival, el club Coronel Mom, que está a dos cuadras". Le viene a la memoria un momento que lo marcó en su momento, "en Chacarita, de pasar de la Prenovena a la Novena me dejan libre, fueron casi 2 años de no jugar a la pelota, de no hacer nada, sólo jugar con los amigos y de no pensar en el fútbol". De inmediato, surgió en la charla la figura de una persona que en el fútbol significó la vuelta a las canchas, le dio el empujón deportivo y su vida dio un vuelco absoluto.
A ese morochito de barrio cada vez que veía a la redonda se le cruzaban sensaciones de frustración e indiferencia; sin embargo, una nueva oportunidad en el fútbol estaba a la vuelta de la esquina, era la salida que tanto deseaba su padre para con su hijo. "Un día mi amigo el "Bocha" -mi técnico del baby- me dice "Negro", te conseguí una prueba en Comu", contó con lágrimas en los ojos. Al cronista le dice que era en la edad de Octava división y le confiesa que su padre había vuelto a la vida, que otra vez se lo veía alegre porque sabía que ese adolescente era feliz jugando a la pelota. "Así llegué a Comu", afirmó Corda.
En la vida de todo juvenil del fútbol, la llegada a la Tercera división del club conocida como la Reserva deja huellas imborrables, no resulta fácil llegar a este escalón que es el paso previo al premio mayor que es el primer equipo de la categoría. "La llegada a la Reserva fue bastante rápida porque era un campeonato que empezaba ese mismo año, ya tenía edad de Cuarta, era todo totalmente nuevo". En ese entonces, enero de 2015, el director técnico de la Primera era Eduardo Pizzo y la Reserva estaba al mando de su ayudante técnico, Alejandro Carrizo. "Mi debut en Reserva fue en cancha de Deportivo Armenio, ganamos 2 a 0 y me ponen los últimos 15 minutos", sostuvo Sebastián Corda.
Se le viene a la mente la fecha del 25 de enero de ese año, la del ingreso en el equipo titular de la Reserva desde el minuto inicial. "A mí me ponen de 3 contra Colegiales, un domingo a las 2 de la tarde, eso no me lo olvido más, ese fue mi debut como titular en la Reserva", recordó ese pibe de barrio y de murga. Una anécdota le surge inmediato y se toma la cabeza, el día anterior al partido desfiló por las calles de San Martín con la murga y la comparsa del barrio junto a sus amigos. Su padre lo fue a buscar antes de tiempo para que descansara y al día siguiente jugara al fútbol. Cosas de pibes que jura no haber repetido nunca más, pero una vez más la figura paterna acompañándolo y cuidándolo de los excesos de juventud.
La llegada a la Primera
Unos meses después de su debut en la Tercera división del club, el técnico aurinegro Pizzo le daría una oportunidad a Corda para integrar el equipo de la Primera. "Fue algo muy lindo, algo que no te olvidas jamás, sensaciones, momentos, es una cosa de locos llegar a ese momento hermoso y gracias a dios acompañado de toda mi familia que es lo más importante, siempre lo voy a recordar", relató el lateral que juega por izquierda. Agregó que "fue contra Liniers por la Copa Argentina y ganamos por penales, tenía un miedo de ir a patear si me tocaba". Fue el 2 de abril de 2015.
Si algo caracteriza al marcador de punta cartero es su apego a la familia y a los amigos, como muchacho nacido y crecido en una barriada popular del Conurbano conoce como pocos los secretos y los códigos de su lugar de vida. Creció con esos valores, así lo expresó en la entrevista, "la familia siempre estuvo al pie del cañón, jamás me dejó aflojar, pero tampoco me dejaron perder el hilo al estudio, fundamentalmente mi mamá". El "Negro" Corda no sólo habló de su padre como el gran compañero de su carrera en el fútbol desde pequeño, la madre dejó su impronta en la conducta, en fomentarle la ambición por el conocimiento y la superación desde el estudio. "En el fútbol me acompañaron, pero sí o sí mi vieja quería que terminara el colegio y así fue", dijo el defensor, quien acotó que "esto es muy importante recalcarlo ya que el estudio es importantísimo".
Pero, la figura del padre le dejó una marca que la reconoce y la lleva consigo con el orgullo de una persona que sabe que le debe mucho a esa persona que lo alentó a jugar al fútbol y que lo llevaba a las canchas del Ascenso. Así lo reconoció ante el cronista, "el Mono es lo más grande que tuve lejos, hace 3 años que no está conmigo y me sigue enseñando". Admitió que "pienso mucho -es algo que lo pienso mucho-, que pienso de lo injusto que es la vida, pienso que se fue muy temprano para nosotros, para mi hermana, para mi vieja, se nos fue muy temprano". Corda se emociona hasta las lágrimas, el periodista le sugiere cambiar de tema, pero el defensor quiere compartir el sentimiento con quien fuera su compinche en el fútbol y la murga.
"Así y todo creo que vivimos muchas cosas, para mí era mi mejor amigo, compartimos y vivimos muchas cosas. Obviamente como toda relación tuvimos peleas, fue el que dejaba el orgullo de lado para preguntarme cómo estaba, cómo veía el fútbol y eso enseña día a día, me da fuerza para tirar para adelante, ya que ninguna situación puede ser tan irreversible como la muerte", compartió sus vivencias sin permitir interrupción alguna. Dejó una frase que pinta a este futbolista como lo que es, un ser humano excepcional, "se lo extraña todos los días, mi viejo fue mejor amigo, lejos no tiene competencia".
Como todo hijo, él hubiera preferido otra despedida para su padre, pero estuvo allí para bancar la parada, "aproximadamente fueron 104 días de mi papá en el hospital, ya los últimos dos meses estar ahí adentro era una noche para dormir ahí en un colchón inflable en el piso y una noche mi hermana -una noche cada uno-, todo para que mi papá no estuviera solo por si necesitaba algo". Ni en los peores momentos, el "Monito" permitió que su hijo dejara los estudios universitarios y mucho menos que no fuera a los entrenamientos en la Agronomía. Hubiera sido capaz de echarlo del hospital si se hubiera enterado de ello.
Sebastián Corda, como en la cancha a la hora de la marca a los rivales que nunca se las hace fácil, recordaba en la previa del partido contra el Calamar, "cuando juego contra Platense papá estaba internado, el día anterior del partido me quedaba en casa descansando, preparándome para el partido, pero sino había días que tenía que ir a jugar y después de jugar me iba a cuidar a mi papá al hospital". A esta altura de la conversación el cronista se sintió impactado por el relato del futbolista, seguramente sentía empatía con la historia personal de Corda, de alguna manera le sobrevolaban imágenes que recreaban los duros momentos de la partida de su madre. La crudeza de los hechos contado con la sencillez de las palabras de quien no esquiva los obstáculos de la vida, como en el campo de juego donde nunca se esconde, siempre está ahí para pedir la pelota y encarar con convicción al arco de enfrente, "fueron tres meses de vivir así que me enseñaron mucho, pero en ese momento se hacían sentir".
Reconoció que "fue el momento más duro porque también iba de la mano con la facultad, había días que dormía en el hospital, me levantaba a las 6 de la mañana porque era la hora que hacían la limpieza, me iba a entrenar y del club me iba a la facultad. Llegaba a mi casa a las 7 de la noche". Nadie quiere escapar de las derrotas de la vida, Corda no lo hace, ni siquiera para compartir su mayor derrota, "me entero el miércoles que mi papá fallece y creo que tenía la obligación de jugar el partido contra Estudiantes". Se pregunta porqué y de inmediato respondió al interrogante ante la atenta presencia del cronista, a distancia, "porque era lo que quería, era lo que disfrutaba, lo que él lloró muchas veces -como cuando salimos campeones-, sentía el deber y el compromiso con él de tratar de hacerlo de la mejor manera, sé que él mandaba fuerzas para todos". Acotó que "mi cabeza estaba en mil revoluciones, pero pudo salir un buen partido, pudimos avanzar, después lo demás de la final ya es conocido, fue una situación bastante dura en lo anímico porque mi papá era mejor amigo".
El presente y la ilusión del Ascenso
El aguerrido luchador del fondo de Comu, que recuperó la titularidad en las últimas tres fechas del certamen de la Primera B, aseveró que "la verdad es que nosotros sabíamos de la suspensión del fútbol, el sábado antes de enfrentar a Talleres de Remedios de Escalada, que esto podría llegar a pasar y que necesitábamos terminar lo más arriba posible". El lateral izquierdo sentenció que "el objetivo a corto plazo, el sábado antes de enfrentar a Talleres, era terminar primeros o en igualdad de puntos con Almirante Brown en la tabla general, y en el campeonato a un punto de Tristán Suárez". Sin medias tintas y con la locuacidad que lo caracteriza, el "Negro" Corda expresó, "al equipo lo encontró en un buen momento, en lo físico y en lo futbolístico, la verdad es que venía bien". Confió al cronista que "era el tercer partido que estaba jugando y estaba agarrando el ritmo que a mí me hace sentir bien; por un lado, hay que cuidarse. Pero, por otro lado, me hubiese encantado seguir jugando, tener esa posibilidad, pero ante todo está prestar atención a los recaudos necesarios para esta situación y enfrentarlo entre todos".
Se muestra agradecido con los técnicos que tuvo en la Primera como el "Flaco" Vivaldo, el "Chano" Orfila, Fabián Zermatten, el "Colorado" Leroy. Con la madurez que lo caracteriza a pesar de su joven edad, "la salida de los técnicos por malos resultados es bastante dura para nosotros porque no queremos que nadie pierda su trabajo". Dijo que "con Fabián la verdad es que el cambio fue por malos resultados y es una carga con la que lleva el jugador". Manifestó que "después vino Marcelo, luego de terminar el torneo pudimos arrancar muy bien y creo que hay que rescatar eso, se armó un grupo increíble y por suerte tuvimos la posibilidad de hacer las cosas tan bien". Afirmó que "terminamos primeros en la general antes de la pandemia, creo que las cosas mal no se hicieron".
En el final de la entrevista, Sebastián Corda hizo referencia a una actividad solidaria que lleva adelante con un grupo de amigos del barrio en el club Ciclón Fortín, cada fin de semana ante la requisitoria del periodista que tuvo que convencerlo de compartir esa acción social porque el defensor es de bajo perfil en la vida, nadie lo va a ver con ostentaciones ni lujos, mucho menos con tono de voz elevado. Está educado para ayudar al prójimo, a esa persona con necesidades insatisfechas en estos duros tiempos de pandemia del coronavirus, y lo hace con compromiso, se ve obligado a involucrarse porque él es parte de ese barrio que lo quiere y lo reconoce como un crack, aunque no le gusta que alguien exprese eso. "En cuanto a lo social, tengo la posibilidad de dar una mano, acá en San Martín, en una olla popular que repartimos entre 200 y 250 viandas", apuntó ese pibe que alguna vez hizo de las suyas en las canchitas de baby. Admitió que "es algo que lo hago de corazón, trato de ayudar en este momento tan difícil".
Reflexiona con crudeza que "a veces nos cuesta, no vemos la cantidad de privilegios que nosotros tenemos". Corda es de esas personas que creen que "tranquilamente podemos mirar a un costado y dar una mano". "Tener la posibilidad de un baño caliente, un plato de comida, un lugar donde dormir tapado y sin pasar frío, creo que eso es un privilegio muy grande y hay que saber que hay gente que no tiene esa posibilidad", explicó el zaguero aurinegro. "Es ahí donde uno tiene que dejar de ser egoísta y en lo que se puede dar una mano", expuso el "Negro", como lo reconocen sus amigos, "ahí vamos un grupo de personas que no tienen ningún tipo de interés, entre todos armamos las doscientas viandas para la gente y es algo que te enorgullece mucho cuando te vas a dormir. No tiene ningún valor monetario, es la tranquilidad del corazón, de por lo menos dar una mano y llenar un plato de comida en la casa". Al pasar deja una frase, como esas pisadas que también caracterizan al 3 del Cartero, "para mí no tiene comparación con nada".
La despedida de la entrevista al defensor Sebastián Corda fue tan cálida y emotiva como se dio en cada respuesta. La pasión del fútbol, de la redonda, de calzarse los botines y ponerse la casaca para salir al campo de juego. ¿Cómo explicar y transmitir esa loca pasión? El futbolista y, también, periodista deportivo expuso su pensamiento, "lo que significa el fútbol es algo que, a veces, es difícil de explicar para alguien que no lo entiende, es difícil de explicar para alguien que no entiende, pero decir lo que es el fútbol en una familia donde se respira fútbol dónde se transmite inicialmente el fútbol...". El "Negro" lo definió con un ejemplo personal, "con mi viejo tuve una pelea importante, no me lo voy a olvidar más, pero el hilo conductor fue el fútbol para que mi viejo se acercara y dijera otra vez como estás, cómo va el partido porque habíamos discutido y con esa discusión nos habíamos dejado de hablar por aproximadamente 45 días". Agregó que "yo era chico, pero no me lo olvido más, saber que la familia sufre o se emocione por algún objetivo mío cumplido mío, gracias al fútbol".
Sebastián Corda sintetiza cabalmente el espíritu de ese grupo de jugadores que visten la casaca aurinegra del Cartero de Agronomía, que aspira alcanzar el ascenso a la B Nacional en la cancha, que cuenta con el apoyo incondicional de una hinchada y del pueblo cartero en su conjunto que vive, sufre y disfruta cada partido, cada jornada en el Alfredo Ramos, y acompaña a la distancia en sus incursiones como visitante. El cuerpo técnico liderado por Marcelo Franchini sabe que cuenta con el "Negro" Corda para salir a la cancha en el momento que sea, en un plantel de profesionales que día a día, a distancia en el aislamiento social, entrena y se cuida para la vuelta imaginada y deseada por todos, como lo definió el lateral izquierdo, "no hay que perder de vista lo que es el tema futbolístico, hay que seguir entrenando y estar preparado para lo que sea".
El zaguero se despide con un sueño a cuestas, que es el mismo que sobrevuela en las cabezas de cada uno de sus compañeros del equipo, sabe que el objetivo de Comu es ascender de categoría, sin vueltas. Y él se ilusiona con la vuelta a las canchas, mientras tanto se cuida, porque Corda es un crack adentro y afuera del terreno de fútbol.
Claudio Morales*
*Periodista. Corresponsal, Colaborador y Productor Periodístico de medios de comunicación argentinos y del exterior. Director fundador del Grupo Pasteur, primer colectivo multimedia cultural-educativo juvenil de la Argentina.